martes, 14 de noviembre de 2017

Flexibilidad y Reservas para inserción de Energías Renovables

Despacho de Unidades para integración de Generación Variable a través de Respuesta Flexible

Natalio Schonhaut B
Consultor en Sistemas de Potencia

1.      Introducción

Los sistemas de potencia en corriente alterna, requieren de un control de frecuencia en tiempo real, de manera que ésta se mantenga dentro de una banda acotada en torno al valor nominal de 50 ó 60 Hz, según el país. La frecuencia instantánea resultante, depende del control de velocidad de los generadores sincrónicos, recibiendo como apoyo la respuesta de los controladores de frecuencia/potencia de equipos basados en inversores CC/CA y otros elementos del sistema eléctrico. La frecuencia se ve afectada por variaciones de demanda o generación, tanto de baja magnitud en condiciones de operación normal, o de alta proporción en caso que ocurran contingencias de importancia, en cuyo caso los distintos controles de los recursos disponibles deberán actuar rápidamente para restituir el equilibrio entre generación y demanda y volver a la frecuencia nominal. Una variable importante que ayuda a mitigar grandes desbalances lo constituye la inercia total de los equipos rodantes, que tiene un efecto similar al de una masa soportada por un resorte, atenuando las oscilaciones provocadas por la acción de una fuerza perturbadora mientras mayor es su monto, seguida por la rápida respuesta primaria de los controles de velocidad o frecuencia y desprendimientos de carga o generación.
Se desprende de lo anterior que los sistemas de potencia deben ser operados de manera de mantener en todo momento un balance entre generación y demanda, y a la vez mantener reservas que permitan afrontar contingencias como salida intempestiva de unidades generadoras, líneas de transmisión o bloques de demanda, así como variaciones durante la operación normal.
En este trabajo discutiremos acerca de los requerimientos de reserva dados principalmente por la incerteza asociada a la generación variable (GV) eólica y solar fotovoltaica.
Palabras clave: Flexibilidad, reservas, generación variable (GV), incerteza, 50 Hz, control de frecuencia, “unit commitment”, despacho económico, suficiencia, emisiones.

2.      Requerimientos de Reservas

A la necesidad de mantener reservas que permitan afrontar contingencias como la salida intempestiva de equipos conectados a la red de potencia, se agrega el seguimiento de la demanda por parte de la generación, donde la GV presenta desafíos adicionales dados por su variabilidad e incerteza, que deben ser compensados por las fuentes de generación programables. Variabilidad se refiere a las variaciones que se producen en breves intervalos de tiempo, en torno a un aporte medio ya establecido, mientras que la incerteza o incertidumbre se refiere a las diferencias entre lo pronosticado al programar la operación y el aporte real en un periodo predefinido, como muestra la siguiente imagen:

Fig 1: Ejemplos de variabilidad e incerteza (ref [1])

Estas características serán más demandantes en recursos mientras mayor sea el aporte de GV, siendo relevante la capacidad de las líneas de transmisión que las conectan. En la medida en que no exista capacidad de transporte suficiente, las reducciones de generación debidas a la limitación de transmisión, disminuirán en forma directa los efectos de variabilidad e incertidumbre. Por otra parte, como veremos más adelante, en un parque de generadores rígido, que no permite grandes fluctuaciones de potencia, el operador del sistema no tendrá otra opción que recortar aportes GV, desaprovechando recursos de bajo costo, y aumentando la emisión de gases contaminantes.
La estrategia que permite afrontar los distintos requerimientos es la adopción de diversos niveles de reserva, que aporten al balance de potencia bajo distintas situaciones. Estas reservas se pueden dividir en aquellas que permiten afrontar situaciones normales de los sistemas de potencia, como son variaciones acotadas en el tiempo, incluidas las características ya descritas de la GV, de las que tienen como misión afrontar contingencias excepcionales consideradas en los diseños y planificación de los sistemas, como fallas o salidas de elementos, o eventos de pérdida masiva de viento o sol.
Las distintas categorías, que se muestran en forma esquemática en la figura 2, normalmente forman parte de las exigencias establecidas en los códigos de red de cada país o región, aunque a veces se entremezclan funciones asociadas a distintos eventos. En el caso chileno por ejemplo, según exige la NTSyCS (ref [2]), las reservas de regulación sólo incluyen una componente de variaciones de demanda en intervalos de pocos segundos en la reserva primaria, y errores de pronóstico de la demanda, ya sea a partir de su valor global o de variaciones horarias según interpretaciones de los antiguos CDEC, hoy fusionados como Coordinador Eléctrico, pudiendo analizar contingencias más probables, lo que no ha sido tenido a la vista hasta ahora. Las reservas por contingencia, en tanto, consideran en general la capacidad de las máquinas rodantes, en conjunto con la actuación de relés de baja frecuencia, respuesta de baterías cuando se supera un umbral de subfrecuencia o banda muerta, y la disminución progresiva de los aportes de GV a través de sus controladores de potencia por sobrefrecuencia, teniendo un rol relevante la inercia del conjunto rodante, la respuesta primaria para la estabilización de la frecuencia, y las reservas secundarias y terciarias, pudiendo corresponder a máquinas detenidas de partida rápida, al restablecimiento del valor nominal de los 50 Hz.

Fig 2: Ejemplos de categorías de reservas y su interrelación (ref [1])

Los requerimientos de reserva por contingencia, por lo general se relacionan en forma unívoca al evento más probable, como la pérdida de la unidad de generación o consumo de mayor tamaño en [MW], más una cantidad similar con menores tiempos de respuesta, tendiente a restablecer las reservas en caso de contingencia. Según estudios [ref 3] y [ref 4], estas reservas se reducen proporcionalmente al aumentar los parques generadores de los sistemas, pero se recomienda que se distribuyan entre los distintos centros de carga, y que comprendan un mix entre generadores hidráulicos, térmicos y baterías, combinando de esta forma atributos de velocidad de respuesta y sostenibilidad temporal. Las reservas de rampa se mantienen en discusión, siendo necesarias en casos evidentes como eclipses solares o tormentas que podrían apagar grandes conjuntos de generación, o eventos sostenidos de pérdida de viento en grandes áreas.
Las reservas de seguimiento, por su parte, cuya función es la de mantener un balance en tiempos mayores, en que la demanda neta, es decir la resta entre la demanda y la GV, sigue variaciones bruscas pero predecibles en periodos como el amanecer o el atardecer, al ser programables y de rápida respuesta, tienden a desplazar unidades de menor costo pero de baja capacidad de toma de carga, expresada en [MW/min], marcando normalmente precio del sistema o costo marginal en los períodos en que son despachadas. Es decir, la propia competencia por satisfacer la demanda vía costo marginal brinda normalmente suficientes incentivos para que se instalen y operen en el sistema.
Finalmente, lo que motiva mayormente el presente análisis, son las reservas de regulación, tendientes a balancear la generación programable y la demanda neta, minimizando el “Error de Control de Área” o ACE por sus siglas en inglés en tiempo real. Para el balance anteriormente citado, queda en evidencia la importancia de contar con pronósticos acertados, tanto de la demanda como de la GV, siendo de ayuda la representación de la demanda en intervalos menores a una hora, típicamente de 5 minutos, y la adopción de redespachos persistentes, ya sea vía subastas o en forma centralizada, que permiten tomar decisiones prácticamente en tiempo real, en base a la mejor información disponible, reduciendo la incerteza. Sin embargo, aún en estos casos, la capacidad de adecuarse a las nuevas condiciones a través de unidades flexibles presenta un gran valor, junto con la capacidad de afrontar la variabilidad propia de la demanda neta.
Para mostrar cuál sería la solución óptima de despacho en un sistema que combina diferentes tipos de unidades, hemos desarrollado el ejemplo que se presenta en la siguiente sección.

3.      Ejemplo: Sistema compuesto por unidades rígidas, flexibles y variables

Supongamos que tenemos que abastecer a mínimo costo una demanda de 1100 MW en base a unidades a carbón, motores flexibles sin restricciones de mínimo técnico y altas rampas de toma de carga, centrales solares fotovoltaicas que inyectan su producción sólo de día, y centrales eólicas cuya producción está sujeta a una distribución de probabilidad, donde no se ha supuesto a priori una correlación con las horas del día, es decir, igual distribución probabilística para cada hora.
Los datos de entrada de nuestro modelo se muestran a continuación:
Demandas                                         duración                            
D1_dia                 1100 MW            4 horas
D2_dia                   800 MW            7 horas
D1_noche           1100 MW            3 horas
D2_noche             700 MW            10 horas             
Unidades Carbón                                                                          
número unidades            4                                                            
Pmax                    250 MW                                            
Pmin                       80 MW                                             
CVAR_carb           40 US$/MWh                                
CMinTec_carb      50 US$/MWh                               
Motores LNG                                                                  
Pmax                    540 MW                                            
CVAR                     60 US$/MWh                                
Solar                    800 MW                             
Eólico                                                                 
Pmax                    2000 MW                                             
P1                          150 MW             prob1    33,3%   
P2                          600 MW             prob2    33,3%   
P3                        1050 MW             prob3    33,3%   
Costo Falla         500 US$/MWh                                
En estas circunstancias, el problema a resolver es el de determinar la generación horaria que se asignará a cada una de las unidades programables, es decir, las carboneras y Motores LNG. Dado que las máquinas a vapor carbón presentan mínimos técnicos, antes de asignar la potencia a generar a estas unidades, se deberá definir cuáles permanecerán despachadas, definición conocida como “unit commitment”, con producción igual o superior a su mínimo técnico, lo que permitirá que aumenten su producción al ser requeridas, pero no pudiendo ser retiradas en horas en que se produce un exceso de aportes GV.
Como una forma de simplificar el problema matemático, no se considerará la reserva primaria, que por el tamaño de las unidades debería ser de 250 MW, entre generación, baterías y respuesta de demanda, más un valor similar para restitución de dichas reservas. Para resolver el problema, dada la similitud entre las distintas unidades carboneras, procedemos a determinar los despachos óptimos asociados a cada número de máquinas en servicio. De esta forma, si despachamos a las 4 unidades, observamos una operación muy segura, donde la central flexible ni siquiera es requerida, pero cuando aumentan los aportes GV, las unidades a carbón se quedan en base, y a un costo a mínimo técnico por MWh, superior al costo variable que alcanzan a plena carga. La ausencia completa de unidades a carbón, por su parte, permitiría la producción de altas magnitudes de GV, pero en escenarios de ausencia solar, al bajar la intensidad de viento, se corre el riesgo que la producción de “Motores LNG” no sea suficiente, debiendo proceder a racionar consumos, que no sería razonable por los impactos sociales y económicos que ello conlleva. La solución óptima, por lo tanto, se encuentra en la asignación de entre una y tres unidades, dependiendo de los costos de operación relativos entre una y otra tecnología, el valor del costo de falla, y la probabilidad que el aporte eólico durante la máxima demanda nocturna disminuya a bajos valores.
En las siguientes figuras se muestra la operación horaria con 4 y 2 unidades despachadas y distintos niveles de viento, a partir de las cuales se mostrará cómo operaría horariamente el sistema ante una distribución particular de viento. Las rampas de carbón aparecen exageradas debido a los bruscos cambios de demanda y viento supuestos entre horas consecutivas.

 Fig 3: Tablas de despacho con 4 unidades asignadas

Fig 4: Tablas de despacho con 2 unidades asignadas

 Fig 5: Despacho horario con 4 unidades asignadas, para dos perfiles de viento

Fig 6: Despacho horario con 2 unidades asignadas, para dos perfiles de viento

El resultado del análisis anterior se muestra en la siguiente tabla resumen, donde se observa que el mínimo costo se logra al despachar a 2 unidades a carbón, reduciendo los cortes de GV, a la vez que asegurando una adecuada suficiencia en todo momento:

Fig 7: Costos y reservas asociados a unidades despachadas

En este ejemplo, se ha asumido que el requerimiento de reservas es igual a la máxima producción que alcanza la central flexible, con lo que se cubriría principalmente la incerteza, pero también estaría incluida la variabilidad, dado que aún en caso de pérdida completa de GV, el sistema es capaz de abastecer las cargas eléctricas, en la medida que cuente con la capacidad de rampa mínima. En caso que se pudiera asegurar con una alta confiabilidad que el aporte eólico es mayor al mínimo supuesto durante las horas de máxima demanda nocturna, las reservas se podrían reducir respecto a las estimadas en este ejemplo.
Sin embargo, se concluye de este ejemplo que el óptimo se encuentra en una reducción acotada de generación rígida, siendo ésta reemplazada por los aportes flexibles, asociados a aumentos de reservas de regulación, que se compensan por la mayor inserción de GV.

4.      Otros desafíos para la integración de GV

La publicación citada en la ref [5], entrega un listado de 10 desafíos o “riesgos” a tener en cuenta para integrar la GV, tales como flexibilidad, capacidad de reservas, suficiencia, seguridad y control de tensión, y describe las soluciones implementadas en diversos países. Igualmente, entrega una serie de medidas que aporten a controlar los riesgos, incluidos los aportes de unidades convencionales flexibles, gestión de demanda, almacenamiento, pronósticos de calidad, refuerzos en transmisión, uso de electrónica de potencia (FACTS), y programas computacionales avanzados, además del corte de energía cuando no es posible gestionarla adecuadamente. Dentro de las soluciones que permiten asegurar la necesaria suficiencia, define los “créditos de capacidad” para GV como la reducción en la demanda máxima a cubrir por la generación programable, debida a los aportes variables.
Por su parte, la publicación citada en la ref [6], plantea el desafío de aumentar la inserción de fuentes renovables de manera de descarbonizar la matriz energética, reduciendo emisiones de gases contaminantes, reduciendo la dependencia de combustibles con precios volátiles, y aumentando el acceso a la electricidad hacia sectores que tradicionalmente han estado privados de ella. La publicación plantea la necesidad de desarrollar métodos avanzados de Unit Commitment que consideren la naturaleza estocástica de la GV, de manera de balancear las exigencias de seguridad, sin programar excesivas reservas que aumenten innecesariamente el costo total de operación, como Despacho Económico con Restricciones de Seguridad (sigla en inglés: SCED), stochastic Unit Commitment, stochastic SCED y stochastic optimal power flow. Resalta además la necesidad de desarrollar una métrica de flexibilidad, proponiendo como punto de partida el “insuffcient ramping resource expectation” (IRRE), desarrollado por la IEA o Agencia Internacional de la Energía. Como resumen de las características y soluciones requeridas para integrar GV, destacan las siguientes:
·         Flexibilidad a partir de generación convencional
·         Respuesta de demanda
·         Almacenamiento de energía
·         Expansión de redes de transmisión
·         GV más predecible, controlable y programable (grid friendly)
·         Aumento de tensiones de red para transporte de grandes bloques de energía con el apoyo de equipos FACTS y corriente continua
·         Desarrollo de tecnologías de operación y herramientas para planificación, despacho y control
·         Respuesta de demanda a nivel distribución (se podrían agregar los vehículos eléctricos)
·         Ciber-seguridad.

5.      Conclusiones

Un modelo de despacho que no considere variables enteras, y por ende no incorpore el problema de los mínimos técnicos, ni el sobrecosto asociado a dicho modo de operación, podría decidir erróneamente mantener a todo el parque rígido en operación, con los consiguientes cortes de GV de costo nulo, e induciendo al operador o coordinador a optar por modos más costosos y contaminantes. La complejidad aumenta y el objetivo se torna más desafiante al agregar variables estocásticas de corto plazo, propias de la GV. Un modelo que exija niveles fijos de reserva, por su parte, podría asignar correctamente las unidades de base, pero al ser los requerimientos de reserva acotados, sobreestimar los requerimientos en periodos de aportes estables, desvirtuando el aporte de las máquinas flexibles, y subvaluando su contribución al despacho económico.
Se desprende de lo anterior, que junto con los desafíos tecnológicos de infraestructura que trae la GV, se suma el desarrollo de modelos matemáticos que representen adecuadamente los requerimientos de flexibilidad, y la solución que implique una combinación de generación de base más GV y flexible, asegurando la suficiencia, a la vez que valorando los mayores aportes variables. Igualmente desafiante resulta la estimación de los aportes de largo plazo, que se verán incrementados en el futuro mientras más flexible sea la matriz, impactando en la denominada FCF, o Función de Costo Futuro.
Especial atención se debe tener en las horas de demanda máxima nocturna, que podría estar acompañada por importantes disminuciones de aportes eólicos, o bajos “créditos de capacidad”. Ante este u otros eventos probables, se debe asegurar que el sistema de generación cuenta con la suficiencia para abastecer la demanda, y las reservas para enfrentar eventos como salida de unidades. Para efectos de modelación matemática, dado que la flexibilidad y necesidad de reservas para regulación aparecen interrelacionadas, es posible que dichas reservas, o una parte de ellas, deban ser consideradas como variable a resolver y no como restricción de entrada.
Se concluye que la matriz del futuro, con mayores aportes de fuentes renovables, debe ser apoyada con centrales de gran flexibilidad, reduciendo los costos totales y emisiones de gases contaminantes, aumentando el nivel de reservas de regulación, y reemplazando la menor inercia sistémica por una rápida respuesta primaria de frecuencia.

6.      Referencias

[1]    Ela, E., Milligan, M., Kirby, B.: “Operating reserves and variable generation” Technical Report, National Renewable Energy Laboratory, Golden, August 2011
[2]    Comisión Nacional de Energía, “Norma Técnica de Seguridad y Calidad de Servicio”, enero 2016
[3]   Estudios Eléctricos: “Análisis de la Operación de los Sistemas SIC-SING Interconectados, Estudio 1 - Control de Frecuencia y Distribución de Reservas para Control Primario y Secundario”, marzo 2017
[4]    CDEC-SING, “ESTUDIO ERNC Flexibilidad y sistemas de almacenamiento en el Sistema Eléctrico Nacional en el año 2021”, Diciembre 2016
[5]    Cigré WG C1.30, “Technical risks and solutions from periodic, large surpluses or deficits of available renewable generation”, Technical Brochure 666, November 2016

[6]    IEC White Paper “Grid integration of large-capacity Renewable Energy sources and use of large-capacity Electrical Energy Storage”, Geneva 2012

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Primera versión

Despacho de Unidades para integración de Generación Variable a través de respuestas flexibles
Natalio Schonhaut B
Consultor en Sistemas de Potencia
1. Introducción
Los sistemas de potencia en corriente alterna, requieren de un control de frecuencia, de manera que ésta se mantenga dentro de una banda acotada de variaciones. La frecuencia instantánea depende del control de velocidad de los generadores sincrónicos, recibiendo como apoyo la respuesta de los controladores de frecuencia/potencia de equipos basados en inversores de tensión y otros elementos del sistema. La frecuencia se ve afectada por variaciones de demanda o generación, tanto de baja magnitud como parte de la operación normal, o de altas proporciones en caso que ocurran contingencias, en cuyo caso los distintos controles de los recursos disponibles deberán actuar rápidamente para restituir el equilibrio entre generación y demanda y volver a la frecuencia nominal. Una variable importante que ayuda a evitar grandes desbalances lo constituye la inercia total de los equipos rodantes, que tiene un efecto similar al de la masa soportada por un resorte, atenuando las oscilaciones mientras mayor es su monto, seguida por la rápida respuesta primaria de los controles de velocidad o frecuencia.
Se desprende de lo anterior que los sistemas de potencia deben ser operados de manera de mantener en todo momento un balance entre generación y demanda, y a la vez mantener reservas que permitan afrontar contingencias como salida intempestiva de unidades generadoras, líneas de transmisión o bloques de demanda, así como variaciones durante la operación normal.
En este trabajo discutiremos acerca de los requerimientos de reserva dados principalmente por la incertidumbre asociada a la generación variable (GV) eólica y solar fotovoltaica.
Palabras clave: Flexibilidad, reservas, generación variable (GV), incertidumbre, 50 Hz, control de frecuencia, “unit commitment”, despacho económico, suficiencia.

2. Requerimientos de Reservas
A la necesidad de mantener reservas que permitan afrontar contingencias como la salida intempestiva de equipos conectados a la red de potencia, se agrega el seguimiento de la demanda por parte de la generación, donde la GV presenta desafíos adicionales dados por su variabilidad e incertidumbre, que deben ser compensados por las fuentes de generación programables. Variabilidad se refiere a las variaciones que se producen en breves intervalos de tiempo, en torno a un aporte medio ya establecido, mientras que la incertidumbre se refiere a las diferencias entre lo pronosticado al programar la operación y el aporte real, como muestra la siguiente imagen:

Fig 1: Ejemplos de variabilidad e incertidumbre (ref [1])

Estas características serán más demandantes en recursos mientras mayor sea el aporte de GV, siendo relevante la capacidad de las líneas de transmisión que las conectan. En la medida en que no exista capacidad de transporte suficiente, las reducciones de generación tendientes a no superar el límite, disminuirán en forma directa los efectos de variabilidad e incertidumbre. Por otra parte, como veremos más adelante, en un parque de generadores rígido, que no permite grandes fluctuaciones de potencia, el operador del sistema no tendrá otra opción que recortar aportes GV, desaprovechando recursos de bajo costo, y aumentando la emisión de contaminantes.
La estrategia que permite afrontar los distintos requerimientos es la adopción de distintos niveles de reserva, que aporten al balance de potencia bajo distintas situaciones. Estas reservas se pueden dividir en aquellas que permiten afrontar situaciones normales de los sistemas de potencia, como son variaciones acotadas en el tiempo, incluidas las características ya descritas de la GV, de las que tienen como misión enfrentar fenómenos excepcionales considerados en los diseños y planificación de los sistemas, como fallas o salida de elementos, o eventos de pérdida masiva de viento o sol.
Las distintas categorías, que se muestran en forma esquemática en la figura 2, normalmente forman parte de las exigencias establecidas en los códigos de red de cada país o región, aunque a veces se entremezclan funciones asociadas a distintos eventos. En el caso chileno por ejemplo, según exige la NTSyCS (ref [2]), las reservas de regulación sólo incluyen una componente de variaciones de demanda en intervalos de pocos segundos en la reserva primaria, y errores de pronóstico de la demanda, ya sea a partir de su valor global o de variaciones horarias según interpretaciones de los antiguos CDEC, hoy fusionados como Coordinador Eléctrico, pudiendo analizar contingencias más probables, lo que no ha sido tenido a la vista hasta ahora. Las reservas por contingencia, en tanto, consideran en general la capacidad de las máquinas rodantes, en conjunto con la actuación de relés de baja frecuencia, respuesta de baterías cuando se supera un umbral de subfrecuencia o banda muerta, y la disminución progresiva de los aportes de GV a través de sus controladores de potencia por sobrefrecuencia, teniendo un rol relevante la inercia del conjunto rodante y la respuesta primaria para la estabilización de la frecuencia, y las reservas secundarias y terciarias, pudiendo corresponder a máquinas detenidas de partida rápida, al restablecimiento del valor nominal de los 50 Hz.

Fig 2: Ejemplos de categorías de reservas y su interrelación (ref [1])

Los requerimientos de reserva por contingencia, por lo general se relacionan en forma unívoca al evento más probable, como la pérdida de la unidad de generación o consumo de mayor tamaño en [MW], más una cantidad similar de menores tiempos de respuesta, tendiente a restablecer las reservas en caso de contingencia. Según estudios [ref 3] y [ref 4], estas reservas se reducen proporcionalmente al aumentar los parques generadores de los sistemas, pero se recomienda que se distribuyan entre los distintos centros de carga, y que comprendan un mix entre generadores hidráulicos, térmicos y baterías, combinando de esta forma atributos de velocidad de respuesta y sostenibilidad temporal. Las reservas de rampa se mantienen en discusión, siendo necesarias en casos evidentes como eclipses solares o tormentas que podrían apagar grandes conjuntos de generación, o eventos sostenidos de pérdida de viento en grandes áreas.
Las reservas de seguimiento, por su parte, cuya función es la de mantener un balance en tiempos mayores, en que la demanda neta, es decir la resta entre la demanda y la GV, sigue variaciones bruscas pero predecibles en periodos como el amanecer o el atardecer, al ser programables y de rápida respuesta, tienden a desplazar unidades de menor costo pero de baja capacidad de toma de carga expresada en [MW/min], marcando precio del sistema o costo marginal en los períodos en que son despachadas, es decir, la propia competencia por satisfacer la demanda vía costo marginal brinda normalmente suficientes incentivos para que se instalen y operen en el sistema.
Finalmente, lo que motiva mayormente el presente análisis, son las reservas de regulación, tendientes a balancear la generación programable y la demanda neta en tiempo real, minimizando el “Error de Control de Área” o ACE por sus siglas en inglés en tiempo real. Para el balance anteriormente citado, queda en evidencia la importancia de contar con pronósticos acertados, tanto de la demanda como de la GV, siendo de ayuda la representación de la demanda en intervalos menores a una hora, típicamente de 5 minutos, y la adopción de redespachos persistentes, ya sea vía subastas o en forma centralizada, que permiten tomar decisiones prácticamente en tiempo real, en base a la mejor información disponible, reduciendo la incertidumbre. Sin embargo, aún en estos casos, la capacidad de adecuarse a las nuevas condiciones a través de unidades flexibles presenta un gran valor, junto con la capacidad de afrontar la variabilidad propia de la demanda neta.
Para mostrar cuál sería la solución óptima de despacho en un sistema que combina diferentes tipos de unidades, hemos desarrollado el ejemplo que se presenta en la siguiente sección.

3. Ejemplo: Sistema compuesto por unidades rígidas, flexibles y variables
Supongamos que tenemos que abastecer a mínimo costo una demanda de 900 MW en base a unidades a carbón, motores flexibles sin restricciones de mínimo técnico y altas rampas de toma de carga, centrales solares fotovoltaicas que inyectan su producción sólo de día, y centrales eólicas cuya producción está sujeta a una distribución de probabilidad, donde no se ha supuesto a priori una correlación con las horas del día, es decir, igual distribución probabilística para cada hora.
Los datos de entrada de nuestro modelo se muestran a continuación:

Demandas duración
D1_dia 800 MW 4 horas
D2_dia 600 MW 7 horas
D1_noche 900 MW 3 horas
D2_noche 500 MW 10 horas

Unidades Carbón
número unidades 4
Pmax 250 MW
Pmin   80 MW
CVAR_carb   40 US$/MWh
CMinTec_carb  50 US$/MWh
Motores LNG
Pmax 540 MW
CVAR   60 US$/MWh
Solar 800 MW
Eólico
Pmax      2000 MW
P1            0 MW prob1 33,3%
P2        600 MW prob2 33,3%
P3              1200 MW prob3 33,3%
Costo Falla 600 US$/MWh

En estas circunstancias, el problema a resolver es el de determinar la generación horaria que se asignará a cada una de las unidades programables, es decir, las carboneras y Motores LNG. Dado que las máquinas a vapor carbón presentan mínimos técnicos, antes de asignar la potencia a generar a estas unidades, se deberá definir cuáles permanecerán despachadas, definición conocida como “unit commitment”, con producción igual o superior a su mínimo técnico, lo que permitirá que aumenten su producción al ser requeridas, pero no pudiendo ser retiradas en horas en que se produce un exceso de aportes GV.
Como una forma de simplificar el problema matemático, no se considerará la reserva primaria, que por el tamaño de las unidades debería ser de 250 MW, entre generación, baterías y respuesta de demanda, más un valor similar para restitución de dichas reservas. Para resolver el problema, dada la similitud entre las distintas unidades carboneras, procedemos a resolver los despachos óptimos asociados a cada número de máquinas en servicio. de esta forma, si despachamos a las 4 unidades, observamos una operación muy segura, donde la central flexible ni siquiera es requerida, pero cuando aumentan los aportes GV, las unidades a carbón se quedan en base, y a un costo a mínimo técnico superior al que alcanzan a plena carga. La ausencia completa de unidades a carbón, por su parte, permite la producción de altas magnitudes de GV, pero en escenarios de ausencia solar se corre el riesgo que ante la bajada de viento la producción de “Motores LNG” no sea suficiente, debiendo proceder a racionar consumos, que no sería razonable por los impactos sociales y económicos que ello conlleva. La solución óptima, por lo tanto, se encuentra en la asignación de entre una y tres unidades, dependiendo de los costos de operación relativos entre una y otra tecnología, el valor del costo de falla, y la probabilidad que el aporte eólico durante la máxima demanda nocturna disminuya a bajos valores.
En las siguientes figuras se muestra la operación horaria 4 y 2 unidades despachadas y distintos niveles de viento, a partir de las cuales se mostrará luego cómo operaría horariamente el sistema ante una distribución particular de viento. Las rampas de carbón aparecen exageradas debido a los bruscos cambios de demanda y viento entre horas consecutivas

Fig 3: Tablas de despacho con 4 unidades asignadas

Fig 4: Tablas de despacho con 2 unidades asignadas

Fig 5: Despacho horario con 4 unidades asignadas, para dos perfiles de viento

Fig 6: Despacho horario con 2 unidades asignadas, para dos perfiles de viento

El resultado del análisis anterior se muestra en la siguiente tabla resumen, donde se observa que el óptimo económico resulta despachar a 2 unidades, reduciendo los cortes de GV, a la vez que asegurando una adecuada suficiencia en todo momento:

Fig 7: Costos y reservas asociados a unidades despachadas

En este ejemplo, se ha asumido que el requerimiento de reservas es igual a la máxima producción que alcanza la central flexible, con lo que se cubriría principalmente la incertidumbre, pero también estaría incluida la variabilidad, dado que aún en caso de pérdida completa de GV, el sistema es capaz de abastecer las cargas eléctricas. En caso que se pudiera asegurar con una alta confiabilidad que el aporte eólico no será nulo durante las horas de máxima demanda nocturna, las reservas se podrían reducir respecto a las estimadas en este ejemplo.
Sin embargo, se concluye de este ejemplo que el óptimo se encuentra en una reducción acotada de generación rígida, siendo ésta reemplazada por los aportes flexibles, asociados a aumentos de reservas de regulación, que se compensan por la mayor inserción de GV.

4. Otros desafíos para la integración de GV
La publicación citada en la ref [5] entrega un listado de 10 desafíos o “riesgos” a tener en cuenta para integrar la GV, tales como flexibilidad, capacidad de reservas, suficiencia, seguridad y control de tensión. Igualmente, entrega una serie de medidas que aporten a controlar estos riesgos, incluidos los aportes de unidades convencionales flexibles, gestión de demanda, almacenamiento, pronósticos de calidad, refuerzos en transmisión, uso de electrónica de potencia (FACTS), y programas computacionales avanzados, además del corte de energía cuando no es posible gestionarla adecuadamente. Dentro de las soluciones que permiten asegurar la necesaria suficiencia, define los “créditos de capacidad” para GV como la reducción en la demanda máxima a cubrir por la generación programable, debida a los aportes variables.
Por su parte, la publicación citada en la ref [6] indica la necesidad de desarrollar métodos avanzados de Unit Commitment que consideren la naturaleza estocástica de la GV, de manera de balancear las exigencias de seguridad, sin programar excesivas reservas que aumenten innecesariamente el costo total de operación, como Despacho Económico con Restricciones de Seguridad (sigla en inglés: SCED), stochastic Unit Commitment, stochastic SCED y stochastic optimal power flow. Resalta además la necesidad de desarrollar una métrica de flexibilidad, proponiendo como punto de partida el “insuffcient ramping resource expectation” (IRRE), desarrollado por la IEA o Agencia Internacional de la Energía. Como resumen de las características y soluciones requeridas para integrar GV, indica las siguientes: Flexibilidad a partir de generación convencional, respuesta de demanda, almacenamiento de energía, expansión de redes de transmisión, GV más predecible, controlable y programable (grid friendly), aumento de tensiones de red para transporte de grandes bloques de energía con el apoyo de equipos FACTS y corriente continua, tecnologías de operación para planificación, despacho y control, la respuesta de demanda a nivel distribución (se podrían agregar los vehículos eléctricos), y la ciber-seguridad.

5. Conclusiones
Un modelo de despacho que no considere variables enteras, y por ende no incorpore el problema de los mínimos técnicos, ni el sobrecosto asociado a dicho modo de operación, podría decidir erróneamente mantener a todo el parque rígido en operación, con los consiguientes cortes de GV de costo nulo, e induciendo al operador o coordinador a optar por modos más costosos y contaminantes. La complejidad aumenta y el objetivo se torna más desafiante al agregar variables estocásticas de corto plazo propias de la GV. Un modelo que exija niveles fijos de reserva, por su parte, podría asignar correctamente las unidades de base, pero al ser los requerimientos de reserva acotados, asignar éstos a otras unidades, desvirtuando el aporte de las máquinas flexibles, y subvaluando su contribución al despacho económico.
Se desprende de lo anterior que junto con los desafíos tecnológicos de infraestructura que trae la GV, se suma el desarrollo de modelos matemáticos que representen adecuadamente los requerimientos de flexibilidad, y la solución que implique una combinación de generación de base más GV y flexible, asegurando la suficiencia, a la vez que valorando los mayores aportes variables. Igualmente desafiante resulta la estimación de los aportes de largo plazo, que se verán incrementados en el futuro mientras más flexible sea la matriz, impactando en la denominada FCF, o Función de Costo Futuro.
Especial atención se debe tener en las horas de demanda máxima nocturna, que podría estar acompañada por importantes disminuciones de aportes eólicos, o bajos “créditos de capacidad”. Ante este u otros eventos probables, se debe asegurar que el sistema de generación cuenta con la suficiencia para abastecer la demanda, y las reservas para enfrentar eventos como salida de unidades. Para efectos de modelación matemática, dado que la flexibilidad y necesidad de reservas para regulación aparecen interrelacionadas, es posible que dichas reservas, o una parte, deban ser consideradas como variable a resolver y no como restricción de entrada.

6. Referencias
[1] Ela, E., Milligan, M., Kirby, B.: “Operating reserves and variable generation” Technical Report, National Renewable Energy Laboratory, Golden, August 2011
[2] Comisión Nacional de Energía, “Norma Técnica de Seguridad y Calidad de Servicio”, enero 2016
 [3] Estudios Eléctricos: “Análisis de la Operación de los Sistemas SIC-SING Interconectados, Estudio 1 - Control de Frecuencia y Distribución de Reservas para Control Primario y Secundario”, marzo 2017
[4] CDEC-SING, “ESTUDIO ERNC Flexibilidad y sistemas de almacenamiento en el Sistema Eléctrico Nacional en el año 2021”, Diciembre 2016
[5] Cigré WG C1.30, “Technical risks and solutions from periodic, large surpluses or deficits of available renewable generation”, Technical Brochure 666, November 2016
[6] IEC White Paper “Grid integration of large-capacity Renewable Energy sources and use of large-capacity Electrical Energy Storage”, Geneva 2012

jueves, 5 de octubre de 2017

Reglamento de seguridad de las instalaciones destinadas a la producción, transformación, transporte y distribución de energía eléctrica en la recta final

Reglamento de seguridad de las instalaciones destinadas a la producción, transformación, transporte y distribución de energía eléctrica en la recta final

En el siguiente link se encuentra el proceso final de consulta ciudadana del Reglamento de seguridad de las instalaciones destinadas a la producción, transformación, transporte y distribución:


El documento, de 7 carillas y 22 artículos más uno transitorio, hace referencia a 17 pliegos técnicos que deberán ser promulgados al poco tiempo del reglamento, y tiene entre sus novedades la incorporación de los SGIIE o Sistema de Gestión de Integridad de Instalaciones Eléctricas según pliego 17, que se basa en la gestión del riesgo o “Conjunto de actividades sistemáticas, debidamente formalizadas y documentadas, destinadas a controlar los riesgos de accidentes y daños a las personas o las cosas, que una organización se propone cumplir en un período determinado”, teniendo como referencia a la serie normativa ISO 55000, y considera procedimientos para el ciclo de vida completo de la instalación, desde la etapa de diseño hasta el retiro o desmantelamiento, y la  exigencia de comunicación y elaboración de informes hacia la SEC en caso de producirse hechos esenciales que afecten al servicio, así como accidentes e incidentes que ocurran en sus instalaciones, incluido un informe de investigación y acciones correctivas.

Este proceso viene a satisfacer un viejo anhelo de actualización del actual Reglamento de Corrientes Fuertes NSEG 5 E.n.71 de 1955 y algunas normas complementarias, y destaca porque los pliegos técnicos podrán ser actualizados con mayor frecuencia y menores trámites administrativos que un reglamento. Sin embargo, persisten algunas dudas y temas por zanjar, como se desprende de los comentarios enviados por 3 empresas del sector y 2 asociaciones gremiales:

Tipo de eventos a informar, aplicabilidad del reglamento, duplicidad de exigencias con otras normativas, explicitar que el reglamento se refiere sólo a aspectos eléctricos, y acotar plazos de respuesta por parte de la SEC.

Otras dudas que surgen tienen relación con la precisión de las instalaciones que deberán regirse por este reglamento, como las redes de distribución de usuarios industriales que no forman parte del servicio público, y saber si se derogarán las normas vigentes para lo cual la propuesta debería cubrir a todas las instalaciones que se rigen por las referidas, la definición de operador como opuesto a propietario no aparece alineada con el concepto de operador, repetición innecesaria de disposiciones de la ley, que en caso de modificación pasarán a obsolescencia, y parece entregar exigencias a empresas de gas citando un artículo de otro reglamento y otro tipo de autorizaciones para instaladores eléctricos.

martes, 18 de julio de 2017

Manejo de vegetación junto a líneas eléctricas

Fuente: https://www.powline.com/vegetation.pdf

Ante ciertas confusiones en torno a manejo de vegetación junto a líneas eléctricas, el reglamento técnico, aunque antiguo, es muy claro al respecto.

Se entiende que las normas y reglamentos constituyen exigencias mínimas que aplican a una obra, por lo que las condiciones propias de la misma podrían imponer restricciones adicionales.

A continuación transcribo el artículo correspondiente, donde categoría B se refiere a líneas de alta tensión de voltaje de hasta 25 kV, y categoría C supera dicho valor (art 94). Luego entrego dos fuentes donde está publicado el reglamento, con una modificación que no ha sido incorporada.

Articulo 111.o

     1) Los árboles que están en la proximidad de líneas aéreas en conductor desnudo deben ser o bien derribados o bien podados suficientemente para  no exponer esas líneas a un peligro.
     2) En las líneas del mismo tipo de la categoría B., la distancia entre los conductores y los árboles vecinos deberá ser tal que no baya peligro de contacto entre dichos árboles y los conductores. En todo caso las personas que eventualmente puedan subir a ellos no deberán correr peligro de tener contacto con los conductores por inadvertencia.
     3) En las líneas rurales de la categoría B, la distancia entre los conductores y los árboles vecinos será por lo menos de 5 metros, salvo que la altura de los árboles exija una distancia mayor, en caso de divergencias resolverá la Dirección.
     4) En las líneas de categoría C, la distancia entre los conductores y los árboles vecinos será igual a la altura de los árboles, pero no inferior a 5 metros.
     5) Se permite la existencia de árboles frutales debajo de las líneas de las categorías B. o C., siempre que el propietario de dichos árboles  los mantenga en forma que su altura no sobrepase 4 metros sobre el suelo.
     6) Los concesionarios podrán retirar de la vecindad de la línea toda vegetación o material que pueda poner en peligro la línea en caso de incendio.

Fuentes:

www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1038346

www.sec.cl/pls/portal/docs/PAGE/SECNORMATIVA/ELECTRICIDAD_NORMASTECNICAS/NSEG%205.PDF

www.sec.cl/pls/portal/docs/PAGE/SECNORMATIVA/ELECTRICIDAD_NORMASTECNICAS/REX%20137_93.PDF

sábado, 13 de mayo de 2017

Horario de Verano: Tiene Sentido?


(fuente: http://www.geohistoarteducativa.net/public/historia/Autoevaluaciones/n1.htm)

En unas pocas horas más, el territorio nacional excluida la Región de Magallanes, cambiará su hora oficial retrocediendo los relojes en una hora, lo que significa que la noche será más larga, y a partir de mañana el amanecer será en una hora más temprana, es decir, si hoy amaneció a las 8:26, mañana lo hará a las 7:26. A cambio, en lugar de atardecer a las 18:50, lo hará a las 17:50.

Este cambio, corresponde al horario de invierno en lugar de horario de verano, y se traduce en más horas con luz natural durante la mañana, y menos horas durante la tarde. Se justifica este cambio? Cuál es el origen y argumentos para este tipo de medidas administrativas? Comenzaremos por lo segundo:

Origen y argumentos
El horario legal es una definición que busca ordenar el día, de manera de tener una referencia de la posición del sol sobre la ubicación en que nos encontramos. La hora 12:00, corresponde en teoría a la hora en que el sol se encuentra en la posición del meridiano de cierta ubicación. Dado que el comercio internacional y las agendas entre países requieren de ciertas coordinaciones, la mayoría de los países han adoptado horario tipo GMT o UTC +/- N, donde la referencia es el meridiano 0 de Greenwich en Inglaterra. Como la tierra tiene 360 meridianos, y el sol demora 24 horas en recorrerlos, una hora abarcaría una extensión de 15 meridianos. La ventaja de Chile al ser una larga faja de tierra en sentido norte-sur, con excepción de la Isla de Pascua, es que en cualquier parte del territorio la hora del meridiano es relativamente similar, siendo las diferencias entre cambios de horario de amanecer debidas a la latitud, es decir, la lejanía del Ecuador, donde a mayor distancia se producen días más largos en verano y más cortos en invierno.

Siendo la longitud (meridiano) media del territorio 70°O, es decir 70° al Oeste de la referencia, correspondería adoptar una diferencia de 5 horas de atraso respecto a Greenwich, es decir, UTC -5, al igual que los otros países de la Costa Pacífico, en lugar de adoptar un horario propio de la Costa Atlántica. Un simple ejercicio nos permite concluir que siendo las horas de amanecer y atardecer las 8:26 y 18:50, tenemos poco más de 3 horas y media de luz durante la mañana, y casi 7 horas en la tarde. Promediando ambas horas, resulta que la hora del meridiano se produce a las 13:40. A partir de mañana, con horario invierno, esta hora legal se acercará a la hora solar, quedando en las 12:40.
En la siguiente página se puede consultar la hora legal en distintas regiones del país, y la hora Universal:
http://www.horaoficial.cl/

Cuál es la razón para estos cambios? La respuesta es el ahorro energético. Al efectuar el cambio de hora legal, manteniendo horarios de colegios, oficinas y servicios, estamos obligando a la gente a modificar su conducta respecto a la hora solar. Es decir, abrimos más temprano en el período definido como “verano”, y más tarde en el de “invierno”. El efecto que busca esta medida es el de disminuir el consumo de energía eléctrica del país. Considerando que los mayores consumos se producen en las horas de atardecer, el cambio se traduce en menores demandas en la tarde por alumbrado, y algo mayores en la mañana, con un efecto neto de ahorro. Cuando se implementó la medida, en los años 60’s, se estimaba que el ahorro que se lograba equivalía a un 6% del consumo total. Como veremos más adelante, en nuestros días, donde el consumo de alumbrado ha disminuido en términos relativos frente a otros tipos de energía, el porcentaje llega a cerca de un 1%.

Como se lee en el interesante artículo que se encuentra a continuación, la medida del cambio de horario, se originó en el año 1968, cuando el país vivió una sequía extrema que obligó a racionar consumos por periodos prolongados. En esos años la matriz eléctrica dependía fuertemente de las centrales hidráulicas. La disposición de horarios de invierno/verano se prolongó en el tiempo, siendo una regla que los relojes se atrasaban a las 24:00 hrs del segundo sábado de marzo, y se adelantaban a las 23:00 hrs del segundo sábado de octubre.
http://www.latercera.com/noticia/el-hombre-que-cambio-la-hora/

A medida que pasaban los años, los tipos de consumos han ido cambiando, y la dependencia de la hidroelectricidad ha ido disminuyendo. Igualmente, este régimen horario puede haber tenido efectos positivos en la sequía del 98, la criticidad de abastecimiento posterior al 2004, cuando disminuyeron las recepciones de gas natural desde los gasoductos que cruzan la Cordillera de Los Andes, se sucedieron años de escasez hídrica y se desarrollaban escasos proyectos de generación y transmisión. En aquella época, análisis estadísticos de consumos mostraban un efecto diario a 2 a 3%.

Se justifica el horario de verano al día de hoy?

Hoy en día vivimos una verdadera revolución en el sector energético, impensada hace apenas 5 años. La gran penetración de energías renovables no convencionales o ERNC, ha permitido disminuir los precios de mercado desde 120 ó 250 US$/MWh, a apenas 50 US$/MWh, permitiendo que Chile se plantee el desafío de exportar energía eléctrica a países vecinos, lo que ya se produce a pequeña escala con Argentina a través de la línea Salta – Andes 345 kV, y forma parte de las últimas políticas públicas, incluyendo la modificación de la Ley General de Servicios Eléctricos, promoción de proyectos de transmisión que nos acercan a la frontera, y estudios de evaluación de interconexiones.

En este escenario, donde la energía pasa a ser un bien transable como cualquier otro, una política pública que busca reducir los consumos debe justificarse en términos de costo – beneficio social. Cuáles son esos costos?

Como han señalado algunos expertos en temas de salud, algunos efectos contrarios son trastornos de sueño, concentración y estados de alerta, a lo que habría que agregar mayor frío en las mañanas, rutas oscuras para niños que asisten al colegio, posibles aumentos de asaltos que se compensarían con cierta seguridad nocturna (acá parece haber un punto a favor del horario de verano), y lo que nos afecta a quienes trabajamos en forma colaborativa: un gran caos en las agendas y relojes electrónicos. Sumemos a lo anterior que el próximo cambio de “invierno a verano” no aparece publicado en las páginas oficiales.
Un balance de esta media, que parece perfectible, se puede encontrar en la página del Ministerio de Energía de enero de 2016:
http://www.energia.gob.cl/tema-de-interes/resultados-de-monitoreo-de-efectos

Como se manifestó más arriba, siendo la energía al día de hoy un bien transable, donde no está comprometida la seguridad de abastecimiento (suficiencia), lo razonable es que la medida pública evalúe adecuadamente todos los costos y beneficios sociales previo a ser implementada. El sentido común indica que en agosto o septiembre próximos, sería conveniente seguir con este horario de invierno que comienza mañana.